Puede que no siempre lo demuestren, pero lo más probable es que tu hijo(a) o un joven a tu cargo quiere que te intereses por su vida.
Asegúrate de que sepan que pueden "molestarte" con lo que les agobie.
Llama o envía un mensaje de texto al 988 para hablar con un consejero(a) atento(a) y capacitado(a), que te escuchará sin juzgarte y te proporcionará apoyo 24 horas al día, 7 días a la semana.
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Habla con un adolescente capacitado que entienda lo que significa ser adolescente.
Llama al 1-800-852-8336 (6 PM-10 PM PT)
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Puede que no siempre lo demuestren, pero lo más probable es que tu hijo(a) o un joven a tu cargo quiere que te intereses por su vida.
Asegúrate de que sepan que pueden "molestarte" con lo que les agobie.
Llama al teléfono de ayuda en caso de suicidio y crisis 988 en cualquier momento (24 horas al día, 7 días a la semana) para obtener ayuda de inmediato. Obtenga más recursos.
Tranquiliza a tu hijo diciéndole que ha hecho lo correcto. Puede que sienta que está traicionando la confianza de su amigo(a), pero necesita saber que, en realidad, puede salvarle la vida.
A veces los jóvenes dudan en acudir a un padre o cuidador para contarle sus problemas porque temen molestarle. Dedica tiempo para hablar cuando puedas prestarles toda tu atención.
Hacerle preguntas no le meterá la idea en la cabeza. Puede que tu hijo(a) se sienta aliviado de que hayas tomado el tema para hablar.
Actúa si observas estas señales de alarma en amigos o familiares. Pueden aparecer en persona o en las redes sociales:
Lo sabemos, puede ser difícil distinguir la diferencia.
Si respondes afirmativamente a alguna de estas preguntas, deberías tener una conversación con el joven de tu vida, especialmente si el comportamiento es nuevo, ha aumentado o parece estar relacionado con un acontecimiento doloroso, una pérdida o un cambio:
¿Han perdido los jóvenes el interés por actividades como la escuela, los deportes, los videojuegos, los pasatiempos o salir con los amigos?
¿Algún cambio drástico de humor?
¿Están enfadados, agitados o irritables de una forma que parece fuera de lugar o de contexto?
¿Están inusualmente cansados?
¿Algún descuido inusual de su aspecto personal?
¿Se sienten tristes, inútiles o desesperanzados? Esto podría manifestarse como una preocupación por las letras de canciones que sugieren que la vida no tiene sentido.
¿Se quejan con frecuencia de dolores de cabeza, de estómago o de fatiga?
¿Ha notado cambios en el apetito? ¿Cambios drásticos de peso, anorexia o bulimia?
¿Han estado regalando pertenencias que les importan?
"Quiero que podamos hablar de todas las cosas, incluso de las que nos cuesta decir en voz alta. ¿Cómo te van las cosas?"
No. Según las investigaciones, preguntar sobre el suicidio no hace que la idea pase a la mente del joven. De hecho, hablar abiertamente del suicidio muestra a los jóvenes que no es tabú. Crea un entorno seguro para que hagan sus propias preguntas y expresen cómo se sienten.
Prepárate emocionalmente por si te dicen que sí.
Llama juntos al 988 Suicide & Crisis Lifeline.
Si tu comunidad cuenta con uno, acude a un centro de estabilización de salud mental sin cita previa, donde se dispone de apoyo para ayudar a tu hijo adolescente a superar su crisis inmediata y planificar los pasos siguientes.
También puedes llevarlos directamente a urgencias si te preocupa mantenerlos a salvo en casa.
Aprender a manejar el estrés y a utilizar herramientas de autocuidado también les servirá para toda la vida. Ver más habilidades de afrontamiento aquí.
Y lo que es más importante, asegúrate de que tu hijo(a) sepa que puede "molestarte" siempre que tenga algo en mente. Y luego asegúrate de escucharle.
Puedes hablar de salud mental y suicidio a edades tempranas, teniendo en cuenta la necesidad de utilizar un lenguaje apropiado para la edad de tu hijo (consulta nuestros consejos más abajo). Mantener estas conversaciones abiertas antes de una crisis puede ayudar a prevenirla o a hacerla más llevadera.
Confía en tu instinto: si percibes una señal de alarma -especialmente si es nueva, va en aumento o está relacionada con un acontecimiento doloroso-, es hora de mantener una conversación.
A esta edad, lo mejor es ser sincero sobre el tema. Sin embargo, hay que evitar dar demasiada información para la que el niño pueda no estar preparado. Permita que su hijo dirija la conversación con sus preguntas y evite dar la impresión de que el suicidio es algo en lo que los niños no deben pensar ni hablar. Es importante recalcar que el suicidio no es una solución a los problemas, que siempre hay otras opciones y que la mayoría de la gente busca ayuda.
En la escuela secundaria, muchos jóvenes habrán experimentado emociones aterradoras y complicadas. Inicie la conversación preguntándoles qué han oído sobre el suicidio. Corrige cualquier información errónea y pregúntales claramente si tienen pensamientos suicidas o si alguno de sus amigos ha hablado de ello. Quieres que sepan que es seguro ser directo y que hablar de salud mental y suicidio está bien. Los preadolescentes o "preadolescentes" están lidiando con muchos factores estresantes en sus vidas, así que asegúrate de hacer muchas preguntas de seguimiento que les animen a seguir explorando sus pensamientos y sentimientos, y acostúmbrales a hablar de sus estados de ánimo y sus luchas. Hazles saber que todo el mundo se siente triste o decepcionado a veces, y que siempre hay ayuda.
Es probable que su hijo conozca a alguien con problemas de salud mental. Hágales saber que los problemas de salud mental son comunes y tratables, y no un signo de debilidad. Haz hincapié en que siempre pueden hablar contigo y en que hay ayuda disponible.
A esta edad, los adolescentes quieren que se les trate como a adultos, están dispuestos a explorar los pros y los contras, y ansiosos por evaluar críticamente y formar sus propias conclusiones. Haz preguntas que muestren que les respetas y evita una conversación unilateral que parezca más un sermón.
No te apresures a corregir su punto de vista o sus modales; en lugar de eso, céntrate en la escucha activa y las preguntas abiertas. Los adolescentes responden mucho mejor a un diálogo de toma y daca. Da respuestas sinceras y realistas a sus preguntas. También puedes ofrecerles información nueva que puedan asimilar y utilizar para alimentar su propia perspectiva y creencias.
Cuando un adolescente tiene 14 años o más, el riesgo de suicidio ha aumentado considerablemente. Asegúrate de que saben qué hacer si ellos o alguien que conocen tiene pensamientos suicidas, como informar rápidamente a un adulto de confianza o llamar al 988 o a otras líneas de crisis. Ayúdales a entender que ser un amigo de verdad significa no guardar secretos que puedan llevar a alguien a la muerte. Asegúrate de que conocen recursos de apoyo como el 988 para ellos y sus amigos.
Como padre o cuidador, puede que no haya peor pensamiento que la posibilidad de perder a su hijo(a) por suicidio. Hazles saber que está ahí para ellos y, lo más importante, que sepas que no estás solo en el apoyo a un joven bajo tu cuidado.
He aquí algunas formas de apoyar para tu hijo(a):
Asegúrate también de cuidarte mientras afrontas este estresante acontecimiento.